La sociedad continuaba dividida en tres estamentos como en la Edad Media, aunque se produjeron cambios importantes.
La nobleza y el clero siguieron siendo los estamentos privilegiados: no pagaban impuestos directos, dominaban la sociedad y ocupaban los principales cargos. Eran grupos minoritarios, aunque el número de sus componentes aumentó mucho.
Dentro del estamento no privilegiado, la burguesía alcanzó una gran preeminencia. Formada por las familias de los grandes comerciantes y banqueros, que poseían enormes riquezas y poder, algunos de sus miembros enlazaron con familias nobles buscando un ascenso en su consideración social. Entre estas familias burguesas algunos lograron un gran poder político, como la familia Médici. Otras familias, como los Fugger o los Welser, se relacionaron directamente con los reyes más poderosos de su tiempo, a los que prestaban dinero y de los que recibían grandes privilegios.
Los campesinos seguían teniendo unas duras condiciones de vida y en su mayoría eran muy pobres. Aun así, en Europa occidental mejoraron su situación, ya que la mayoría de los países dejaron de ser siervos y se convirtieron en personas libres.
Por Bogdan Ciobanu
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